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Medicina defensiva en España

La medicina defensiva es una práctica en la cual los profesionales de la salud realizan acciones adicionales que no están directamente orientadas al beneficio del paciente, sino que buscan protegerse de posibles demandas por mala praxis. Este fenómeno, cada vez más común, implica una desviación de la práctica médica tradicional, donde la prioridad es la protección legal del médico más que la evidencia clínica.

Tipos de medicina defensiva

La medicina defensiva se manifiesta en dos formas principales: positiva y negativa, cada una con enfoques distintos que los médicos adoptan para evitar litigios.

Medicina defensiva positiva para el paciente

  • Definición: Consiste en la realización de pruebas diagnósticas, tratamientos y procedimientos adicionales que no son clínicamente necesarios, pero que se llevan a cabo para descartar cualquier posible error diagnóstico que podría resultar en una denuncia.
  • Ejemplos: Solicitar una resonancia magnética para un dolor de cabeza leve sin signos de alarma, realizar múltiples estudios de imagen para condiciones ya diagnosticadas, o derivar a un paciente a otro especialista sin una razón médica clara.

Medicina defensiva negativa para el paciente

  • Definición: Consiste en evitar atender a pacientes con condiciones complejas o procedimientos considerados de alto riesgo para reducir la posibilidad de enfrentar demandas legales. Esta práctica puede llevar a la desatención de pacientes que realmente necesitan intervención médica urgente.
  • Ejemplos: Rechazar realizar una cirugía en un paciente con múltiples comorbilidades debido al alto riesgo de complicaciones, o evitar la atención de pacientes con condiciones clínicas complicadas que requieren decisiones difíciles.

Consecuencias de la medicina defensiva

La medicina defensiva tiene varias repercusiones importantes tanto en el sistema de salud como en la relación entre médicos y pacientes:

  • Aumento de Costes
    La realización de pruebas y procedimientos innecesarios incrementa significativamente los costos de la atención médica. Este uso ineficiente de recursos puede afectar la capacidad del sistema de salud para atender a otros pacientes que realmente necesitan esos servicios. Además, los costos adicionales pueden ser especialmente onerosos en sistemas de salud públicos con recursos limitados.
  • Calidad de la Atención
    Las decisiones médicas basadas en el miedo a litigios en lugar de en la evidencia clínica pueden llevar a un sobrediagnóstico y sobretratamiento. Esto significa que los pacientes pueden someterse a pruebas y tratamientos innecesarios, lo que puede resultar en complicaciones derivadas de estos procedimientos. Por ejemplo, un paciente podría someterse a una cirugía invasiva para descartar una condición improbable, enfrentando riesgos que podrían haberse evitado.
  • Confianza Médico-Paciente
    La relación de confianza entre médicos y pacientes puede deteriorarse cuando los pacientes perciben que las decisiones clínicas están motivadas por la autodefensa legal del médico en lugar de su bienestar. Esta falta de confianza puede llevar a una menor adherencia a los tratamientos y a una comunicación menos efectiva, lo que en última instancia perjudica la calidad del cuidado y los resultados de salud.

La medicina defensiva en España

En España, la práctica de la medicina defensiva está ampliamente extendida. Diversos estudios indican que entre un 80% y un 90% de los profesionales sanitarios han recurrido a esta práctica en alguna ocasión. Este fenómeno no es exclusivo de España, ya que en otros países europeos como Italia y Reino Unido, un alto porcentaje de médicos también han adoptado prácticas defensivas. Los modelos de gestión sanitaria y el entorno legal contribuyen a esta tendencia.

Factores por los que existe la medicina defensiva

La medicina defensiva surge de una combinación de factores que crean un entorno donde los médicos se sienten presionados a tomar decisiones clínicas no basadas en la evidencia, sino en la protección legal:

  • Entorno legal y judicial
    En regiones donde las demandas por mala praxis son frecuentes y las indemnizaciones por errores médicos son elevadas, los médicos a menudo sienten la necesidad de protegerse legalmente mediante la adopción de prácticas defensivas. La percepción de un alto riesgo legal fomenta una cultura de precaución extrema.
  • Expectativas de los pacientes
    Las expectativas crecientes de los pacientes respecto a la perfección en la atención médica también impulsan la medicina defensiva. Los pacientes esperan diagnósticos y tratamientos sin margen de error, lo que ejerce una presión adicional sobre los médicos. Esta demanda de resultados perfectos, a menudo irrealista, obliga a los profesionales de la salud a tomar precauciones excesivas.
  • Falta de protección legal
    La ausencia de sistemas legales robustos que ofrezcan una protección adecuada a los médicos frente a demandas injustificadas fomenta la medicina defensiva. Sin un respaldo legal suficiente, los médicos pueden sentirse vulnerables y desprotegidos ante posibles reclamaciones, llevándolos a adoptar medidas defensivas para evitar cualquier posibilidad de ser demandados.

Resolución de reclamaciones médicas

La mayoría de las reclamaciones por mala praxis médica suelen resolverse a favor de los profesionales de la salud o de las instituciones sanitarias. Este bajo porcentaje de sentencias favorables para los demandantes puede explicarse por las altas expectativas de los pacientes, que a menudo no se alinean con la realidad de la práctica médica. En muchos casos, los procedimientos médicos seguidos cumplen con los estándares profesionales adecuados a cada situación.

Puntos clave

La medicina defensiva representa un desafío significativo para la práctica médica moderna, afectando tanto la calidad de la atención como la relación médico-paciente y los costos del sistema de salud. Abordar este fenómeno requiere un enfoque integral que incluya reformas legales, educación y apoyo a los profesionales de la salud, y un diálogo abierto entre médicos y pacientes para fomentar una mejor comprensión y expectativas realistas sobre la atención médica. Solo así se podrá asegurar que la práctica médica esté verdaderamente centrada en el bienestar del paciente y no en la protección legal del profesional.